¡Hola a tod@s! La entrada de hoy
está dedicada a nuestro tema 6, La
metodología CLIL/AICLE.
Iniciamos la sesión con una
actividad piramidal sobre la diferencia entre un centro bilingüe y una sección
plurilingüe. Mientras que un centro bilingüe ofrece materias cuyo contenido, de
al menos un 50%, es impartido en lengua extranjera por un solo profesor, un
centro plurilingüe imparte integralmente una o varias materias en inglés y
están integradas en la metodología CLIL. En este caso, los profesores de otras
materias y departamentos deben adaptarse a los docentes que participan de esta
metodología. Podemos decir que los centros bilingües constituyeron la antesala
de los actuales centros plurilingües. Este tipo de actividad me resulta muy
interesante ya que te permite escuchar otros puntos de vista, razonamientos e
ideas. Es un ejercicio que ejercita la apertura de mente al valorar tanto tus
propias opiniones o deducciones como las de tus compañeros. Tomo nota de ella
para poder utilizarla en mi práctica docente.
Posteriormente leímos el
documento «Edulingue_consello_da_xunta», consistente en un plan cuyo principal
objetivo es el impulso en el aprendizaje de lenguas extranjeras para lograr un
completo dominio en todas las etapas educativas de aquí al año 2020. Tras una
primera lectura individual, pusimos en común los puntos, tanto positivos como
negativos, que nos parecieron más relevantes. Un parecer común a todos es el
hecho de que los objetivos marcados para el año 2020 son ambiciosos en exceso
teniendo en cuenta la situación actual de la que partimos. Un ejemplo claro lo
vemos en la meta de alcanzar un Bachillerato de excelencia, es decir, que el
30 % del alumnado debe alcanzar un nivel B2 de la lengua extranjera cuando
en la actualidad solo se llega al nivel A2. Lo mismo ocurre con el profesorado,
del cual se espera que alcance un nivel C1 a través del plan de formación en
lenguas extranjeras Idio+2020, cuando el grueso de los docentes llegan, como
mucho, a justificar un B2. Como aspectos positivos destacamos, entre otros, la
implicación de las familias en los programas plurilingües —finalmente, la
educación engloba diversos agentes, entre ellos, los padres— y la ampliación de
plazas para estadías de inmersión lingüística en el extranjero, elemento clave
teniendo en cuenta que el contexto lingüístico y cultural pueden influir muy
positivamente en el aprendizaje, asimilación y refuerzo de una lengua
extranjera.
Por otra parte, leímos y
comentamos un artículo
publicado por praza.gal y que aborda el tema de la privatización de la
certificación de idiomas por parte de la Xunta. Por un lado se comenta que la «urgencia»
en conseguir docentes que acrediten el nivel B2 de inglés provoca que el
resultado final de «calidad» caiga en el olvido, pues sabemos por experiencia
que un idioma no se aprende en dos días. Además, el artículo denuncia en
concreto la privatización de este servicio, cuando existen actualmente las EOI,
instituciones públicas destinadas a prestar un servicio de calidad en la
enseñanza de idiomas y que, además, tienen su correspondiente acreditación. Hoy
en día existe una prueba denominada ‘Aptis’, promovida por el British Council y diseñada para mayores
de 16 años con la finalidad de acreditar los niveles A2, B1, B2 y C en las
cuatro competencias lingüísticas; resulta innovador que los resultados pueden
recibirse en 72 horas y que la duración de las pruebas suela ser menor a la de
los exámenes tradicionales. También comentamos la necesidad de un plan
progresivo que empiece en la etapa infantil y que vaya acompañado de una buena
formación docente pues, de lo contrario, será imposible llegar a unos objetivos
tan ambiciosos. La metodología CLIL/AICLE podría ser de gran interés para el
aprendizaje y consolidación de una lengua extranjera ya que posee un fuerte
componente lúdico y trabajan con situaciones y ejemplos reales, cercanos al
alumno, con trabajos por proyectos y el alumno tiene un papel mucho más
autónomo en la construcción de su propio aprendizaje. Esta metodología se adoptó
en Europa en el año 1994 con la intención de obtener resultados significativos
en el aprendizaje de una lengua extranjera a través de los contenidos de otras
áreas del saber. A mi modo de ver, tanto esta actividad como la anterior nos
ponen en conocimiento de programas educativos, planes y noticias que quizá
muchos desconozcamos y que de forma ligera y breve asimilamos al compartir
nuestras impresiones referentes a la lectura. Me parece un modo provechoso y
rápido de aprendizaje.
Continuamos la sesión con la
presentación de una de nuestras compañeras sobre esta metodología. Una de las
primeras pautas que nos dio es que existe un número mayor de proyectos basados
en esta metodología en primaria que en secundaria. También nos habló de la
existencia de ETwinning, un programa dentro del programa Erasmus plus y cuyos
proyectos son de carácter voluntario, de ahí a que la gente que se implica
tiene un grado alto de motivación. Los principios que rigen la metodología CLIL
son:
1) La
lengua se usa para aprender contenido de un área, pero también hay que aprender
la lengua para comprender y comunicar.
2) La
materia que se estudia es la que determina el tipo de lengua que se necesita
aprender.
3) La
fluidez es más importante que la precisión gramatical y lingüística en general.
Creo que el formato presentación
nos permite asimilar contenidos desconocidos o ampliar los ya conocidos sin
casi darnos cuenta. Al ser presentaciones breves, tan diversas en cuanto a
planteamientos por parte de las compañeras y temáticas, nos permite aprender
los contenidos de la materia de una forma enriquecedora y ligera.
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