De lo aprendido en clase en la
sesión correspondiente al día 18/12/17 y al dosier correlativo, me parece de
suma importancia la metodología CLIL/AICLE, desconocida por mí hasta el
momento. Opino que el enfoque y las herramientas que sustentan esta metodología
pueden ser de gran provecho en el aula, ya que, entre otras cosas, estaríamos
tocando un punto muy importante para mí y que ya he tratado en otras entradas,
que es el de la motivación. El alumnado está cansado de libros, de gramática,
de contenidos y sobre todo, de ser un actor pasivo en su propio proceso de
aprendizaje. Es por ello que esta metodología, bien empleada, puede hacernos
salir de la rutina establecida, pegar un giro de 180 ºC y ofrecer algo
diferente, con lo que el alumno se sienta identificado y que le motive a aprender,
a crear, a innovar.
Uno de los puntos a tener en
cuenta es el tipo de trabajo. Hartos de realizar tareas individuales y
aburridas, los alumnos podrán compartir las actividades con sus compañeros
gracias a los trabajos por parejas y por grupos. Estos trabajos, a su vez,
tendrán la particularidad de desenvolverse en situaciones que les resulten
próximas a su realidad, con un contexto bien definido y que les permita meterse
en el papel que tengan destinado, lo que hará a su vez que aprendan sin apenas
darse cuenta. Además, el alumnado podrá sentirse útil y responsable al ser
parte activa de su propio aprendizaje, algo que les da un sentimiento de valor,
de independencia, de autonomía.
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