miércoles, 7 de febrero de 2018

Explotación libros de texto y otras cuestiones




¡Hola a tod@s!

Me gustaría comenzar esta entrada retomando la reflexión que se dio hoy en clase respecto a la enseñanza de la gramática y de cómo llevarla a cabo. Sabemos que durante mucho tiempo esta ha sido uno de los pocos pilares (por no decir el único) que ha sustentado la enseñanza de una lengua extranjera. Esto ha provocado que el nivel de dominio de las diferentes destrezas y competencias no sea parejo, por lo que hoy en día —por suerte cada vez menos— hay alumnos con un nivel gramatical medio-alto y con unos niveles de expresión y comprensión oral mucho más bajos. Además, las actividades y ejercicios con los que se practica la gramática son tediosos y acaban por provocar lo opuesto a la motivación del alumnado. Como ya comenté en el aula, digamos que tuve una «experiencia gramatical» cuando viajé por primera vez al extranjero. Tras varios años de estudio de la lengua inglesa, incluyendo una Diplomatura, me fui a Inglaterra para vivir una aventura como au pair. La cuestión fue que, pese a esos años de estudio continuados en el tiempo, me llevé una gran sorpresa al ver mi falta total de soltura a la hora de hablar y también de entender. Esto nos lleva a concluir que es capital para el aprendizaje de cualquier lengua extranjera una enseñanza integral, que ponga al alumno en contextos lo más reales posibles, que las actividades cuenten con contextos cercanos a sus realidades y, en definitiva, que potencien todas sus habilidades.

En cuanto a las actividades de manuales de texto propiamente dichas, tanto en esta sesión como en las anteriores, algo que he aprendido es que podemos llegar a preparar actividades muy atractivas para los alumnos sin que tengan que ser excesivamente largas, complicadas o alejarse demasiado de lo propuesto. A veces, con pequeños cambios se puede hacer mucho, siempre y cuando nos pongamos en la piel del alumno y tengamos en cuenta los siguientes puntos, algunos de ellos ya mencionados en otras entradas o en los intercambios en el aula:
-          - Proporcionar temas cercanos a la realidad del alumno —experiencias propias, por ejemplo—.
-          Intentar generar contextos lo más reales posibles al contacto con la cultura (país) extranjera.
-         -  Educar en valores.
Según Ángel Carracedo (min 52), en la conferencia dada en enero en AFundación, «¿Cómo puede un niño aprobar un curso porque sepa bien matemáticas si maltrata a un compañero? Para mí eso es suspensísimo». Coincido con este enfoque integral en el que todo es importante en la educación de las futuras generaciones. Para mí es más importante respetar al prójimo que saber resolver una ecuación de tercer grado.
-          - Fomentar mucho la destreza de la expresión oral, pues algo de lo que cojea el sistema educativo en enseñanza de lenguas extranjeras. Si tenemos en cuenta que a esas edades les encanta, por lo general, hablar de ellos mismos y enlazamos ese gusto con las actividades relacionadas con sus propias experiencias y entorno más próximo, podremos generar atmósferas muy motivadoras.

Con respecto a la educación en valores y relacionándolo con la adaptación de las actividades de los libros de texto, se me ocurren dos posibles actividades para realizar en el aula y que podrían encajar con el tema de los adjetivos y la descripción de la personalidad:
  •      Se podría realizar un juego como el que hicimos en el aula con cartelitos pegados a la espalda y en el que hay que adivinar quiénes somos haciendo preguntas de «sí o no» a nuestros compañeros. Podríamos hacer lo mismo pero con listas de adjetivos, tanto físicos como de personalidad. Las preguntas que se darían son del tipo: Am I tall?, Do I have freckles?, Am I funny?, etc.
  •       Podríamos realizar un taller de las virtudes. En este caso nos disponemos en círculo para poder vernos los unos a los otros. Cada alumno debe escribir en un papel 5 adjetivos positivos que cree que posee y se hace una ronda y se dicen en voz alta. En la siguiente ronda tendían que anotar tres características positivas pero de otro compañero (o bien se hace por sorteo o el que tengan al lado) y en esta ocasión dicen el adjetivo y por qué creen que ese compañero posee esa virtud, lo que da lugar a breves descripciones y a la práctica de la expresión oral.

Quisiera dejar una breve cita, también de Ángel Carracedo, que invita a que reflexionemos sobre atención diversidad: «Qué pena que el sistema educativo no pueda sacarle partido a la hiperactividad, sobre todo cuando la falta de atención está ligada a la imaginación. ¿Qué hay de malo en que un niño sueñe? Seguro que todo cambiaría si pudiésemos tener en cuenta la diversidad». 

En cuanto al artículo Is technology transforming education? de Russell Stannard, concuerdo totalmente con que la innovación reside en el modo en el que se enseña y no en la herramienta en sí, aunque esta pueda llevar inherentes ciertas ventajas y funcionalidades. Pongamos el caso de un blog, este puede ser realizado únicamente por el profesor, que sube actividades en línea de rellenar huecos y relacionar conceptos, o bien puede ser alumno el que cree su propio blog de manera manera más o menos libre (es importante igualmente sentar unas bases o pautas generales que deben seguir, dentro de las cuales pueden moverse con libertad), generando artículos de opinión/reflexión sobre los diferentes temas vistos en el aula, subiendo sus deberes corregidos por ellos mismos y las reflexiones a las que han llegado, proponiendo actividades que les resultarían interesantes desarrollar en clase o publicando vídeos realizados por ellos (entrevistas, cortos, etc.). Comparto con vosotros un vídeo que creo que refleja muy bien lo expresado en el artículo.

Muchas gracias por vuestra lectura y comentarios. ¡Nos vemos en las aulas!

1 comentario:

  1. Veo que te ha "enamorado" Ángel Carracedo con sus palabras. ya somos dos.
    My buena reflexión, integrando también tu experiencia personal.

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